VIAJE AL CUATRO DE OCTUBRE DEL 64 EN EL CENTRAL DE ARAGÓN

2 PARTE:  TRAYECTO PANORÁMICO A NAVAJAS

El camino de Sagunto, como todo el Central de Aragón, había sido construído en vía única con la novedad de haber empleado traviesas metálicas en lugar de las clásicas de madera, y atravesaba aquí pueblos con sus feraces huertas. Mientras observamos el paisaje, se deslizan ante nuestra ventana unos blancos algodones de vapor procedentes de las locomotoras. Pronto se detiene el tren para atender un cruce con el ómnibus, creo recordar llamado El Chispa, que cubre el servicio Caudiel a Valencia y que viene tirado por otra locomotora ténder tipo 242 procedente de la antigua compañía M.Z.A., llamada modelo 1600, de las que hace unos pocos años llegaron a Valencia media docena, todas a carbón y sin luz eléctrica, y que alguna de ellas están instaladas en Valencia Alameda.

imagen:  242-0269 «Chispa» Caudiel a Valencia || autor:  Colección Francisco Llabata

Pronto llegaremos al triángulo de Sagunto, donde nuestro tren deberá retroceder marcha atrás para tomar viajeros y donde cruzamos con una doble línea de automotores Renault, que cubren la relación Teruel a Valencia Norte, números 9306 y 9308. Antes de que arranque el tren de nuevo, podemos observar las maniobras de una de las dos locomotoras Portugalete también ex-Central, que lleva algún tiempo en Sagunto, Se trata de la 040-0222.

Era característico en los viajes del Correo que, en la mayoría de las estaciones, la gente saliese a recibir al tren, bien para recoger a algunos viajeros, por algún tipo de mercancía, e incluso por la pequeña fiesta que provocaba un acontecimiento que sacaba de la monotonía a los habitantes. Era una especie de protocolo amable en el que incluso se ofrecían frutas frescas o bebidas, dado que estos trenes carecían de servicio de restauración.

Bien, hemos partido de Sagunto en dirección a Aragón, completando el triángulo que nos ha permitido continuar de cara. Las suaves cuestas van imponiéndose y la pareja de locomotoras ya empieza a esforzarse, pasando junto a la cantera de caliza de Gilet, que es atendida por el no menos famoso Ferrocarril de Ojos Negros, y que sirve materiales a los Altos Hornos de Sagunto. Hoy, por ser domingo, será difícil ver algún convoy de la vía estrecha que acompaña al Viejo Central de Aragón hasta bien pasado Teruel. Detrás vamos dejando Gilet, Estivella, Algimia, Soneja, donde nos detendremos brevemente y podremos ver unos clásicos vagones de tres ejes destinados al transporte de caliza para las fábricas de yeso de esta localidad.

Pronto llegamos a Segorbe, la capital de la comarca, y donde se encuentra la reserva de locomotoras encargadas de dar dobles tracciones para salvar las duras rampas del no muy lejano Ragudo. La acogida en la estación es bonita. Curiosos, vendedores ambulantes y trasiego. No es el Orient Exprés, pero en tiempos en que se viajaba poco, la sensación era indescriptible. Durante la parada, nuestra locomotora Garratt será sustituída por otra Mikado que no podré identificar, pero que le dará a nuestro tren un aspecto más armonioso. Caramba, dos relucientes Mikados de Devis en cabeza.

Todo preparado para salir, aún debemos aguardar unos minutos la llegada de un convoy procedente de Zaragoza. Se trata de un colector mixto que deja y toma vagones durante el recorrido. En cola suele llevar uno o dos vagones de tercera clase de dos ejes con balconcillos. Haría las delicias de cualquier aficionado, pues viajar en él, no podía garantizar una hora exacta de llegada, debido a la característica de su servicio, a más manejo de vagones más tiempo en un tren. De muy pequeño, casi me dejé la vida en él por un fuerte ataque de tosferina. Hoy viene de la mano de otra de las Mikados de Devis, la 141F-2316.

Por fín nos movemos, las locomotoras se han aprovisionado de agua y pronto la bonita estación de Segorbe, su mágico cocherón y las pilas de briquetas habrán desaparecido al trazar la primera curva. Aquí, la pareja de Mikados ya se tiene que aplicar en serio, lo que nos impide abrir las ventanillas. Recibimos entonces una mezcla de restos de fuel oil que expulsan las chimeneas, más el sobrante de agua de los recién llenados ténders, mezclado todo con el vapor liberado por el esfuerzo. Pasamos el apeadero del paso a nivel de Segorbe Arrabal con rampas duras, y después de un par de amplias curvas, siempre subiendo, alcanzamos la recta y llegamos al final de nuestro viaje de hoy, la estación de Navajas. Allí nos esperan unos viejos amigos con los que nos saludamos efusivamente, como si llegásemos del otro confín del mundo. Mientras desgajamos recuerdos y cruzamos informaciones sobre todo, el tren, que hace unos minutos que se ha ido, pita en la lejanía, advirtiendo que está llegando al primer túnel de la línea, ese túnel que cuando niño, señalaba el fín de mi mundo particular. 

 FRANCISCO LLAVATA . RECORDADO EN PATERNA  2021.