2 Seminario introduccion al vapor

Segundo Seminario de introducción al vapor
impartido por el director del Museo del Ferrocarril de Asturias.

Tras realizar un primer seminario en el año anterior a la pandemia y luego una repetición del mismo una vez finalizada (oficialmente) dicha pandemia, el Museo del Ferrocarril de Asturias pudo organizar un segundo seminario de introducción al vapor en el que se profundizó en los conocimiento adquiridos en los seminarios anteriores.

Pero antes de empezar las clases teóricas, tuvimos tiempo para hacernos una foto de recuerdo de los alumnos de los seminarios anteriores, entre los que estábamos dos socios de AVAF, Rafael Fdez-Llebrez y yo, José Joaquín Godoy.

Nada más empezar la primera clase, aproveché para entregarle al director del museo un farol que me dieron los familiares de un aficionado que había fallecido hace unos meses. Yo no soy partidario de acaparar piezas, me gusta que estas piezas estén en museos donde puedan ser vistas por todo el mundo.

Y ya puestos en materia, en este seminario hemos estudiamos con profundidad la caldera de vapor, la distribución del vapor y sobre todo la alineación de la distribución para conseguir un movimiento suave y correcto de la locomotora, de tal forma que no vaya “a golpes”, como suele pasar cuando un cilindro recibe más vapor que el otro cilindro.

Hoy en día los apuntes de la pizarra ya no se copian en una libreta… se fotografía la pizarra.

Y una vez realizadas las primeras clases teóricas, nos desplazamos a los talleres donde actualmente se están reparando varias locomotoras de vapor y allí pudimos ver las piezas que tantas veces vemos en dibujos, pero que esta vez las pudimos tocar y sopesar (y suelen pesar bastante).

La caldera de una locomotora de vapor solo se ve “desnuda” en los talleres. En la de la imagen, se le estaba realizando una prueba de presión tras cambiarle todos los tubos de humo.

Se aprovecha también para reparar cualquier desperfecto que tenga el bastidor de la locomotora, su alineación, se sanean las partes oxidadas, se comprueba los desgastes que tenga para corregirlos, etc. Por último se pintan para protegerlo del óxido.

El director del Museo, D. Javier Fernández fue dando la clase practica sobre piezas de la locomotora de vapor. En las fotos vemos un pistón y una barra del distribuidor.

El cilindro de esta locomotora se ve en muy buen estado. Su pistón se podía mover con la mano.

Y finalizadas las clases teóricas, tanto de pizarra como en talleres, se empezó la verdadera parte práctica. Ajustar la distribución de una de las locomotoras de vapor del museo, concretamente esta, la SAF N.º 1

La primera operación fue levantar la tapa de los cilindros para llegar al distribuidor y tomar las medidas necesarias (con sus holguras) para hacer los cálculos de ajuste.

Como la locomotora está apagada, se mueve por medio de palancas para hacerla avanzar o retroceder a sus puntos muertos, pero sin pasarse, porque esto haría que las medidas no fueran las correctas.

Para ajustar la distribución, la locomotora debe desplazarse en ambos sentidos y se toman las medidas con unas galgas de apertura de los toberas cuando está en los puntos muertos (avance a la admisión y al escape).

Una vez tomadas las medidas, se copian en la libreta y se sacan las variaciones que hay que hacer en la distribución para que sean lo más correctas posibles.

Y así primero con un cilindro y luego con el otro fuimos ajustando la distribución de la locomotora. Una tarea que nos costó prácticamente toda una mañana. Al día siguiente tocó ponerla en marcha para comprobar que había ido todo bien. Como siempre se procedió a limpiar los tubos de humo con los cepillos y tras las comprobaciones pertinentes, se encendió.

Una vez vuelta a montar con las modificaciones correspondientes, la locomotora funcionó como si fuera nueva. Con una marcha regular y apenas en el primer punto del sector, ya arrancaba suavemente.